
La sociedad espectáculo, una vez más se ha impuesto por encima de una realidad triste y luctuosa. El rescate del niño marroquí caído en un pozo, ha centrado la atención de toda la sociedad marroquí, de la española y de la europea en general. El rescate sin vida de Rayan, sin duda es un hecho triste y luctuoso que ha conmovido a las referidas sociedades. Sin embargo, casi nadie se inmuta ya, de las docenas de menores marroquíes que periódicamente mueren al intentar atravesar en patera desde Marruecos a España y Europa. Ese hecho, tan luctuoso y triste o mucho más que el rescate de Rayan, ya pasa desapercibido, no constituye ningún espectáculo social. Ya forma parte de nuestro cotidiano y se le ignora, como si todo ello no tuviera significación, no impórtala a ninguna de las sociedades. Tampoco parece importar mucho, el ver a numerosos niños marroquíes desatendidos en los Centros de Menores e inclusos hostigados por algunos fanáticos. Qué cinismo y qué hipocresía social envuelven a nuestras sociedades ¡¡ Que distinto trata se da a unas noticias y otras, a unos acontecimientos y otros, aquí y allá, verdad?.
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